06 diciembre, 2010

Reflexión sobre el arte contemporáneo

Como algunos me habéis pedido la segunda parte, allá vamos.
Lo habíamos dejado en: “El arte reside en los ojos que lo ven y no en las manos de quien lo hace”.
Aunque no me habeis hecho preguntas, intentaré responder lo que a mí me sugiere esta pregunta.
Pues está bien claro, que el objeto u obra o como lo queramos llamar, no es arte porque a un señor se le haya ocurrido hacerlo, sino porque a alguien (tú o yo o un museo) cree que eso es arte.
Y dirás, ¡pues vaya! ¿a quién se le habrá ocurrido ésto? ¿porqué es ésto así?
Como sabéis la historia del arte es larga y azarosa y sobre todo la de los últimos 150 años. Lo contaré de la forma más breve posible. El caso es que nuestros amigos los impresionistas (Monet, Renoir, Degas…) estaban hasta las narices de que les echaran del Salón Oficial de la Academia de París. Algo así como quien va a Tú si que vales o a Operación Trinfo y le echan siempre sabiendo que lo que haces vale. Pues lo mismo. Y entonces se organizaron y montaron su propio chiringuito en el estudio de un fotógrafo, donde enseñaban sus rompedoras, frescas y atrevidas pinturas al mundo entero; corría el año 1874.
Curiosamente si hoy estudiamos la historia de la pintura francesa del siglo XIX, en los libros de texto no aparecen los pintores académicos, sino estos revolucionarios de la pintura que hoy en día han pasado a la historia como genios.
Tanto su forma de hacer totalmente rupturista, como por la forma en la que se dieron a conocer, fueron un hito para la historia del arte de la posteridad, en la que nos encontramos hoy en día. El arte, la expresión, se saltaba los límites convencionales que le constreñían. El arte, dio un paso hacia su propia libertad, para que fuera valorado por lo que es y no por quien lo hace ni para quién lo hace.
Otro ejemplo del rupturismo que plantean los artistas es la famosa fuente de Marcel Duchamp. Vayamos por partes. En realidad, no era una fuente, sino un urinario de pared de los que podemos encontrar en cualquier establecimiento público para hacer nuestras necesidades. Creo que vais entendiendo lo del rupturismo ¿no? Yo creo que lo que pretende este ¿artista? es hacer pensar a los demás qué es arte y qué no. Pongámonos en la mentalidad de la sociedad francesa de 1917… pero, ¿qué es ésto?, ¿qué ordinariez?. ¿Hay algún objeto más repugnante que un urinario? ¿porqué escribe la fecha y lo firma? ¿porqué está colocado de esta forma? Veis por dónde van los tiros.
Un último ejemplo de esta evolución del arte hacia el arte actual podría ser Andy Warhol; seguro que os suena, el de las serigrafías de Marilyn Monroe de vivos y estridentes colores. Bueno, pues a este buen señor se le ocurrió en 1962 algo parecido a Marcel Duchamp. Pintó 32 latas de sopa idénticas a sus originales. La exposición era como ir al supermercado, todo lleno de latas de sopa. Algo totalmente cotidiano, era como si ahora pusieran una exposición toda de cajas de leche o de tomate frito. Warhol dijo: “un grupo de pintores ha llegado a la conclusión común de que las más banales e incluso vulgares trampas de la civilización moderna pueden, al transportarse al lienzo, convertirse en Arte”.
Pues de eso se trataba de que lo más banal, podía y de hecho fue considerado como arte.
Y así hemos llegado a nuestros días. Os podría poner algún ejemplo más, pero creo que estos tres son representativos de los pasos que ha ido dando esta multidisciplina hacia su ¿libertad?, ¿independencia?.
Continuaremos otro día, os dejo que penseis en nuestra frase:
El arte reside en los ojos que lo ven y no en las manos de quien lo hace.
Que aproveche.

Tomado de: http://elsenordelosespejos.wordpress.com/2008/04/17/arte-contemporaneo-ii/

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