Corría el año de 1975, el músico Keith Jarrett de origen húngaro y boricua, llegaba tarde a su presentación en la Opera Haus de Colonia, Alemania. Tenía hambre y el piano no era de lo mejor, después de cinco horas de afinación porfin se había logrado poner a punto. Pero todo valió la pena, esa noche se grabó uno de los discos de jazz más vendidos de la historia, para 1985 llevaba la friolera de 3.5 millones de copias vendidas. Se grabó una pieza de arte sonoro completamente genial y completamente frágil en origen y en destino. Partiendo de la improvisación Jarrett plasma en el lp original tres pistas de concierto y un encore enormes. Si aún lo dudas sólo ponle play. Si te convence acá esta el link para bajartelo. ¡Bon appétit!
14 mayo, 2010
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Quien no habla, Chateau no le oye.